Entre las múltiples consecuencias del envejecimiento humano está el perder la dureza de los huesos y desarrollar fracturas que, en la vejez, pueden contribuir a graves complicaciones. Por ejemplo, se dice que una fractura de la cadera en un anciano o una anciana puede ser el comienzo del fin de su vida.
La pérdida de dureza de los huesos se produce en todos los seres humanos en un grado variable (existe gente con más o menos riesgo) y se presenta generalmente después de los 40 años.
Esa pérdida de dureza pasa por dos etapas: la primera, llamada osteopenia (osteo significa hueso, penia disminución) es la disminución de dureza que se ve en la radiografía del hueso de una persona mayor de 40 años. Se calcula que más de la mitad de los seres humanos tiene cierto grado de osteopenia después de los 40 años.
En la segunda, llamada osteoporosis (osteo y porosidad) la perdida de calcio es más intensa y cuando es grave, puede, como hemos dicho, llevar a una ocurrencia llamada fractura patológica. En esta complicación, la persona (generalmente una mujer mayor de 65 años) se puede fracturar un hueso simplemente por golpearse contra el filo de la mesa o chocar su cadera contra una pared.
Dada la gravedad de esas complicaciones, no es de extrañar que desde hace muchos años la ciencia esté buscando los modos de prevenir, detectar y tratar este importante problema de salud pública.
Lamentablemente, existen controversias con respecto a esas tres disciplinas: prevención, detección y tratamiento.
Controversias en relación a la prevención: suplementos de calcio
Desde hace muchos años se recomienda que todas las mujeres deban tomar suplementos de calcio después de los 40 años. El razonamiento es que al perder la protección que le brindan sus hormonas femeninas ováricas, las mujeres premenopáusicas pierden calcio de los huesos y por tanto necesitan un “extra” o “suplemento” de calcio.
Sin embargo, en enero del 2008 apareció el primer estudio que mostraba una posible relación entre problemas en la salud del corazón y los suplementos de calcio. Esto fue publicado por la prensa.
Posteriormente, en julio del 2010 el mismo grupo de investigadores publicó otro estudio que también encontraba una probable asociación entre el tomar suplementos de calcio e infartos cardíacos. Este es uno de los tantos artículos periodísticos acerca del tema. Dicho estudio fue criticado por no tener la suficiente fortaleza de evidencia.
Pero ahora, la semana pasada se publicó un nuevo estudio que corrige algunas de las debilidades del estudio anterior y se comprueba que el tomar suplementos de calcio puede aumentar el riesgo de sufrir infartos cardíacos y derrames cerebrales.
En su conclusión, los autores dicen que "los suplementos de calcio con o sin vitamina D aumentan modestamente el riesgo de eventos cardiovasculares y que este estudio justifica una reevaluación del papel de los suplementos de calcio en el tratamiento de la osteoporosis".
Si usted entiende el inglés, le recomiendo escuchar esta entrevista a uno de los autores del estudio
En resumen, creo que la bondad de los suplementos de calcio ha quedado en duda, especialmente cuando se calcula que por cada 1.000 mujeres que toman un suplemento de calcio durante 5 años, se presentan 6 casos de infartos o derrames cerebrales pero solo se previenen 3 casos de fracturas patológicas. Es decir, parece que el remedio es peor que la enfermedad…
Mi recomendación es que si usted está tomando suplementos de calcio, hable con su doctor para ver si le conviene seguir usando el calcio y si es posible solo obtenga el calcio que necesita de los alimentos y haga por lo menos 30 minutos de actividad física diaria.
Controversias con relación a la detección precoz
La osteopenia y la osteoporosis pueden detectarse con unas máquinas que miden la densidad (dureza) del hueso. El problema es que a pesar de que existen recomendaciones claras sobre la edad a la que deben empezar a hacerse esas pruebas de densitometría ósea, no es raro que mujeres jóvenes (treintas, cuarentas o cincuentas) sean innecesariamente sometidas a estas pruebas y se empiecen tratamientos también innecesarios (ver controversia del tratamiento después).
Como dijimos al principio del artículo, siendo la osteopenia un fenómeno muy común, es importante saber qué mujeres tienen mayor riesgo de sufrir de osteoporosis. Estos son los criterios:
• Mayores de 65 años.
• Historia familiar (madre, padre, hermanos) de osteoporosis demostrada o haber sufrido fracturas inexplicables de los huesos.
• Factores de estilo de vida tales como:
- Fumar cigarrillos.
- Uso frecuente de alcohol.
- No hacer ejercicios musculares como levantar pesos ligeros.
- Ser muy delgada (índice de masa corporal menor de 21 a los 50 años).
- Tener una alimentación muy baja en alimentos que contienen calcio y vitamina D.
• Tener niveles muy bajos de estrógenos.
• Sufrir de hyperparatiroidismo u otras condiciones que impidan absorber suficiente calcio.
• Usar medicinas tales como corticosteroides, inhibidores de la aromatasa, agonistas de hormona liberadora de gonadotropinas, o altas dosis de hormonas tiroideas.
• Ser de descendencia europea o asiática.
• Usar medicinas anticonvulsivantes tales como la carbamazepina.
• Tomar antidepresivos de la clase inhibidores de la reabsorción selectiva de serotonina (SSRIs).
• Haber sufrido la extirpación de los ovarios antes de la menopausia.
Tanto el Grupo de Trabajo de Medicina Preventiva de los EEUU como la Fundación Nacional de Osteoporosis recomiendan que la primera medida de densidad de los huesos en una mujer de riesgo normal debe ser hecha a los 65 años. Si la mujer tiene mayor riesgo (según algunas de las características anteriores), su primera densitometría debe ser a los 60 años.
Si usted tiene menos de 65 años y su doctor le quiere hacer una densitometría ósea, dígale que antes le evalúe su riesgo para ver si necesita o no ese examen.
Controversias sobre el tratamiento
En los últimos 20 años se ha desarrollado un grupo de medicamentos llamados bifosfonatos, entre los cuales están el Alendronato (Fosamax), el Ibandronate (Boniva), Risedronate (Actonel) y el Zoledronate (Zometa). Estos medicamentos, si bien es cierto no curan la osteoporosis, pueden retardar la perdida de dureza de los huesos.
El problema es que en los últimos años se han venido documentando algunos efectos secundarios potencialmente serios relacionados a los bifosfonatos. Algunos de ellos incluyen la destrucción del hueso de la mandíbula (el nombre médico es necrosis del maxilar inferior), problema generalmente desconocido por las mujeres, el cáncer del esófago y la fractura (sí, ¡fractura!) del hueso del muslo o fémur.
Si bien es cierto la destrucción del hueso de la mandíbula es poco frecuente, y que un estudio niega la posibilidad de que el cáncer del esófago sea un efecto secundario, la fractura del fémur ha hecho que en los Estados Unidos, la FDA obligue a los fabricantes a poner una etiqueta de advertencia sobre este problema.
RESUMEN:
1. La osteoporosis puede prevenirse desde la primera infancia, promueva una alimentación saludable (que incluya abundante calcio) y el ejercicio desde la primera infancia.
2. Continúe con esas medidas durante toda su vida.
3. Si esta tomando suplementos de calcio, sepa que existe controversia para su uso y que podría ocasionar problemas en su corazón y arterias cerebrales. Hable con su doctor para ver si necesita seguir tomándolos.
4. Si usted tienen menos de 65 años, no se haga la densitometría de los huesos a no ser que usted tenga un riesgo mayor (ver lista arriba).
5. El tratamiento esta reservado para aquellos casos en que el riesgo de fractura (medido por la densitometria y los factores de riesgo) es grande. Las medicinas pueden tener raros, pero serios efectos secundarios.
Creo que en el futuro (al igual que en el caso de las hormonas de reemplazo durante la menopausia), solo las mujeres con mas riesgo para desarrollar osteoporosis recibirán suplementos de calcio y tratamiento médico. En otras palabras, es posible que el uso de esos medicamentos para prevenir la osteoporosis sea reemplazado por algo más efectivo y con menos efectos secundarios. Mientras tanto, le recomendamos estar en constante comunicación con su médico.
FUENTE: "Cuida tu Salud" - El Comercio
No hay comentarios:
Publicar un comentario