Fuente: Internet
En un estudio de 28 años de duración sobre hábitos alimentarios realizado con más de 121.000 adultos, investigadores de la Universidad Harvard observaron que los que consumían 85 gramos de carne roja todos los días tenían un riesgo 13 por ciento mayor de morir (por cáncer o un mal cardíaco) antes de que terminara el estudio que los que no comían carne.
Y las porciones diarias de carne
procesada, como la panceta, aumentaban en 20 por ciento el riesgo de
muerte prematura. El colesterol y la grasa saturada no son los únicos
peligros a los que se exponen las personas carnívoras. El exceso de
hierro de la carne puede dañar el corazón, y el sodio y los nitratos que
se añaden a la carne procesada agravan ese riesgo. Por eso muchos
expertos aconsejan reducir o eliminar la carne roja de la dieta.
Sin embargo, espere… Un informe
publicado recientemente en los Estados Unidos reveló que las personas
que comen carne magra vacuna con frecuencia obtienen más proteínas,
cinc, potasio y vitaminas B que las que no la consumen. Y un informe de
2010 calculó que la carne magra vacuna aportaba un 15 por ciento de la
ingestión de proteínas en ese país, pero sólo un 4 por ciento del total
de grasas. “La carne magra es sana”, afirma Carol O’Neil, profesora de
nutrición en la Universidad Estatal de Louisiana.
Entonces, ¿qué debe hacer?
Una dieta saludable puede incluir una
porción diaria de carne roja. Elija cortes magros y evite la carne
procesada (panceta, salchicha, mortadela y cualquier otro producto
conservado con sal o con aditivos). Si consume muchas frutas, verduras y
cereales enteros, comer un bife no supondrá mayor riesgo.
FUENTE: Chris Wooelnston, revista "SELECCIONES"
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